Mi Querida Institutriz.
Elizabeth
Sommington es hija del mayordomo de Greenhill House, residencia de los
Colchester. Gracias al aprecio que el difunto conde profesaba a su familia ha
podido estudiar en una prestigiosa escuela para señoritas. Ahora vuelve para
ser la institutriz del hijo del actual conde al que apenas recuerda pues rara
vez han coincidido. La atracción entre ellos es inmediata pero por diferentes
motivos ambos luchan contra ella sin lograr vencerla. Cuando el conde (él es
viudo) acepta los sentimientos que la joven le inspira y decide proponerle
matrimonio a pesar de la censura de su círculo social, descubre lo que él cree
que es una traición y la aparta de su lado sin contemplaciones. Tres años después
vuelven a encontrarse aunque ahora las circunstancias de ambos han cambiado
drásticamente, pero a pesar de las apariencias el amor que una vez los unió
continúa vivo en sus corazones. ¿Lograrán resolver las dudas y desconfianzas
que ambos sienten?
Nunca Nadie Más
Inglaterra, 1870. Lord
Alexander Collingwood ha heredado recientemente el condado de Kent. Esas
tierras son lo que más le importa, pero deberá deshacerse de ellas: están
usurpadas por las deudas que su padre sembró, y ya no puede mantenerlas.
Solamente se le ocurre una manera de poner a salvo el patrimonio amenazado:
casarse con una joven de alguna familia burguesa sin linaje que le aporte una
buena dote. Gabrielle Fergusson es hija de un acaudalado comerciante; a los
ojos de casi todos aparece como una muchacha superficial, solo preocupada por
los vestidos, los bailes y la coquetería, aunque perdidamente enamorada de
Alexander. Si bien lord Collingwood detesta la frivolidad, todo la señala como
la candidata perfecta. Cuando él, desesperado, pide la mano de Gabrielle sin
que ella sospeche que necesita la dote, queda todo servido para que la autora
nos traiga una nueva versión de la batalla de los sexos. En medio de una
convivencia forzada, de un matrimonio que no han elegido, tendrán que probar
cuánto pueden acercarse, cuánto acortar la brecha que los separa.